martes, 5 de agosto de 2008

Clase 7


La aceptación del propio bien

Para utilizar la visualización creativa con objeto de crear lo que quieres en tu vida, debes estar dispuesto a aceptar lo mejor que la vida puede ofrecerte: tu «bien».

Por extraño que pueda parecer, a muchas personas les cuesta aceptar la posibilidad de tener lo que realmente quieren en la vida; esto se debe, por lo general, a ciertos sentimientos básicos de inmerecimiento adquiridos a temprana edad.
Se trata de una idea arraigada en nuestro interior, que viene a decir:

«Como no soy realmente muy bueno —digno de ser amado, merecedor de ello—, no merezco tener lo mejor».

Este convencimiento va, por lo general, ligado a sentimientos contradictorios que te dicen que eres perfectamente bueno y que mereces lo mejor. Pero, si observas que tiene dificultades para imaginarte en las circunstancias más maravillosas posibles o que te asaltan pensamientos como «nunca podré tener esto» o «a mí esto no podría sucederme nunca», no estaría de más que te cuestionaras la imagen que tienes de ti mismo.
La imagen que se tiene de uno mismo es lo que se opina de uno mismo.
Es, a menudo, compleja y polifacética.
Para ponerte en contacto con los distintos aspectos de tu propia imagen, empieza por preguntarse: «¿Qué opinión tengo ahora sobre mí mismo?»

Varias veces al día en diferentes situaciones.
Empieza a tomar conciencia del tipo de ideas o imágenes que albergas en tu mente acerca de ti mismo en diferentes momentos.
Es muy interesante ponerse en contacto con la imagen física que tenemos de nosotros mismos, preguntándonos: «¿Cómo me veo en este momento?».
Si te ves desgarbado, feo, gordo, delgado, demasiado alto o demasiado bajo, ésa puede ser la clave de por qué no te amas lo suficiente como para concederte lo que verdaderamente te mereces: lo mejor.
Con frecuencia me quedo sorprendida al descubrir la cantidad de personas atractivas que se ven feas, inútiles, no merecedoras de nada positivo.

Las afirmaciones y la visualización creativa constituyen un método excelente para crear una imagen de ti mismo más positiva, amable y digna de ser amada.

Una vez que entres en contacto con aquello que no te gusta de ti mismo, aprovecha cada oportunidad para decirte cosas positivas y amables. Observa en qué ocasiones te muestras mentalmente adusto o crítico contigo mismo y empieza conscientemente a ser más amable y considerado. Verás cómo esto te ayuda inmediatamente a mostrarte también más amable con los demás.
Piensa en características específicas que aprecias de tu persona. De igual manera que puedas estimar a un buen amigo, a pesar de ver claramente sus defectos y carencias, puedes amarte tal como eres, sin por ello ocultar que hay aspectos en los que necesitas mejorar y desarrollarte. Hacer esto es muy beneficioso y puede obrar en tu vida verdaderas maravillas.
Empieza a decirte:

Soy digno de ser amado.
Soy amable y cariñoso y tengo mucho que compartir con los demás.
Tengo talento, soy inteligente y creativo.
Soy cada día más atractivo.
Deseo lo mejor para mi vida.
Tengo mucho que ofrecer y todo el mundo lo reconoce.
Amo al mundo y el mundo me ama.
Quiero ser feliz y triunfar.

O emplea cualquier otra frase que te parezca apropiada y útil.
Con frecuencia es muy eficaz hacer este tipo de afirmación en segunda persona, utilizando tu propio nombre. He aquí un par de ejemplos:

Ana, eres una persona brillante e interesante. Me gustas mucho.
Juan, eres tan tierno y cariñoso... La gente aprecia esto de ti.

Este modo de hablarte directamente es especialmente útil porque muchas de las imágenes negativas que tenemos de nosotros proceden del convencimiento de que somos malos, estúpidos o ineptos en algún sentido, imagen que nos han inculcado de maneras muy diversas desde temprana edad.
Trata de imaginarte tan claramente como puedas y piensa en amarte del mismo modo que amarías a aquellos por quienes sientes aprecio. Puedes verte como un padre que ama y estima al niño que hay en tu interior.

Repite mentalmente:

Te quiero mucho. Eres una buena persona. Aprecio tu sensibilidad y honestidad.

Así, por ejemplo, si consideras que tienes un problema de sobrepeso, debes incidir sobre dos cosas a un tiempo:

1. A través de las afirmaciones y de la energía del amor, empieza a aprender a amarte y estimarte más tal como eres ahora.
2. A través de la visualización creativa y de las afirmaciones, comienza a dibujarte tal como quieres ser—delgado, esbelto, saludable y feliz—. Estas técnicas son extraordinariamente eficaces para operar auténticos cambios.* (*Tenga siempre presente que los problemas de peso, al igual que muchos otros trastornos físicos, a menudo están hondamente arraigados en el plano emocional; de ahí que a veces pueda ser de gran utilidad contar con la ayuda de un terapeuta o un grupo de apoyo especializado en dichos trastornos.)

Ambas técnicas sirven también para modificar cualquier aspecto del que no te sientas satisfecho.
Recuerda que eres alguien diferente cada momento que pasa, que cada día es un nuevo día y que cada uno de ellos es una oportunidad de darte cuenta de que eres una persona maravillosa, cariñosa y digna de ser amada.
Además de mejorar tu propia imagen es bueno hacer afirmaciones que expresen tu disposición a aceptar todas las bondades del universo.

Por ejemplo:

Estoy dispuesto a recibir las bendiciones de este pródigo universo.
Todo bien llega hasta mí fácilmente y sin esfuerzo (cualquier palabra puede sustituir a «todo bien»: amor, prosperidad, creatividad o relaciones satisfactorias).
Acepto el bien que fluye hacia mí aquí y ahora.
Deseo lo mejor, y lo mejor es lo que viene hacia mí.
Cuanto más recibo, más tengo para dar.

No hay comentarios: